miércoles, 25 de noviembre de 2009

INTERVENCIÓN EN LA PLATAFORMA DE FORMACIÓN DE DIRECTORES SOBRE EL TEMA DE LA ORGANIZACIÓN ESCOLAR Y LA DIRECCIÓN PEDAGÓGICA.

En primer lugar, hay que destacar que la dirección pedagógica o el liderazgo pedagógico son cuestiones fundamentales en el nuevo modelo de dirección que se va desarrollando. Sin embargo, la formación de los que hemos accedido a la dirección, la tradición docente y la carga excesiva de trabajo frenan el desarrollo de esa tarea tan importante. Todo esto no significa que no se pueda intentar ejercer ese liderazgo que nos demandan, porque a veces, sin darnos cuenta, lo ejercemos. Para demostrarlo, voy a exponer dos experiencias personales en mi centro.

La primera es una acción sistemática, que afecta a todo el profesorado y a todos los cursos y consiste en que cada profesor/a elabora, para cada curso en los que imparte clases, un documento donde figuran los criterios de evaluación, los instrumentos de evaluación y los criterios de calificación. Una vez elaborados, se entregan por departamentos y la dirección o la jefatura de estudios (este año lo he hecho yo) los repasa y les dice a los departamentos lo que tienen que corregir y cambiar porque no se adapta a la normativa o a las características de cada grupo (adaptaciones, ACI, ausencia de datos, etc.)y, una vez hechas estas correcciones, se elaboran unos cuadernillos para cada grupo, que se guarda en el aula del mismo para consulta del alumnado y se cuelga en el portal Helvia del Centro.
Podemos decir que es una tarea entretenida y que el año pasado (que fue el primero) se terminó en marzo, pero este curso ya vamos a entregar la próxima semana los cuadernillos en una Junta de Delegados/as. La verdad es que la corrección del documento provoca tres cosas: la primera, un conocimiento más cercano de cómo se evalúa realmente en tu centro; la segunda, poder influir en la mejora de ese proceso corrigiendo defectos y, la tercera, la aceptación por el profesorado de que la dirección puede corregir esa forma de evaluar sino es correcta.

La segunda es una acción esporádica y que he desarrollado este curso por primera vez. Y, la verdad, ha sido una experiencia muy bonita y aleccionadora. Ha consistido en entrar en algunas clases de una profesora que ha llegado al centro sin ninguna experiencia previa para enfrentarse a un alumnado muy diverso y, como todos sabemos, difícil de manejar. Se lo propuse, planteándoselo como una ayuda para su mejora como docente dada su inexperiencia, y aceptó. La perspectiva desde mi posición como observador ha hecho posible tener una visión nueva del proceso educativo: reacciones del alumnado, dinámica de clases, etc., que ha sido muy enriquecedora. Una vez terminadas las "visitas" he elaborado un informe que he entregado a la profesora para su estudio y reflexión.

Como podemos ver, se pueden hacer cosas, unas más estructurales y otras más coyunturales y que pueden ser muy válidas para intentar mejorar el proceso de enseñanza. Basten estas humildes muestras para que sirvan de acicate o de ejemplo por si alguien quiere seguirlas.

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