miércoles, 17 de marzo de 2010

¿Competentes para qué? 2. Inteligencias múltiples y competencias básicas.

Intervención el Plataforma de Formación de directores/as en prácticas sobre el tema de dónde vienen las competencias.

Por una casualidad, o más bien por esa inquietud que sin saber muy bien porqué nos mueve, mi jefe de estudios adjunto me envío ayer por la tarde un enlace a una página (http://www.inteligenciasmultiples.net/) que me recordó una entrevista a Howard Gardner en Cuadernos de Pedagogía donde, yo al menos, entendí que las competencias básicas derivan del intento de desarrollo de las múltiples posibilidades que ofrece nuestro cerebro. En definitiva, que desarrollamos una serie de cualidades diversas y destacamos más en unas que en otras por diferentes motivos. Al menos eso es lo que recuerdo a vuela pluma. Prometo buscar más concienzudamente el artículo, pero aquí tenemos otra respuesta menos "mercantilista" y más "psicológica", más de desarrollo personal que de búsqueda de perfiles profesionales.

jueves, 11 de marzo de 2010

ES POSIBLE.

Intervención en la Plataforma de Formación para la Dirección tras la sesión conjunta sobre competencias con Miguel Ángel Ariza.

Como dijo Miguel Ángel Ariza en su (como siempre)amena y práctica exposición, él y yo casi dormimos juntos. Bien, eso lo dijo porque lleva trabajando con mi centro (el IES Virgen del Castillo de Lebrija) dos años, por mi empeño y la colaboración inestimable del CEP de Lebrija. Es posible, esa es la gran verdad. A pesar de las plantillas inestables que parece que es ahora nuestro caballo de batalla o nuestra escusa ante un reto tan difícil, a pesar de los/as que no quieren cambiar, a pesar de la falta de recursos, a pesar de todo. Y es posible si se cumplen dos condiciones: que el equipo directivo tenga claro que hay que hacerlo y que nos dediquemos más a programar tareas integradas que a repetir mecánicamente programaciones años tras año. 



Cuento nuestra experiencia. El curso 2008-2009, en dos sesiones de formación por la tarde, vimos el concepto de competencias y la forma de evaluarlas y, además, fuimos elaborando el Proyecto Educativo, que se quedó casi terminado a falta de detalles que estamos aprobando este curso; además elaboramos y llevamos a la práctica dos tareas integradas, algo improvisadas, pero reales. Durante este curso 2009-2010, hemos elaborado, en otras dos sesiones de formación, cinco tareas integradas y una de ellas ya se ha trabajado. En esas sesiones, previamente, el profesorado había elegido qué curso quería trabajar y, una vez reunidos en cuatro grupos (los cuatro de secundaria), se les repartieron los criterios de evaluación de todas las áreas para relacionarlos. Con ellos plantearon las posibles tareas y en la segunda sesión la programaron. Es posible.

Para muchos/as, ahí termina todo, pero es lo contrario: ahí empieza. El curso que viene tenemos las programaciones ya elaboradas desde este año, por lo tanto el trabajo será el mismo que hemos hecho en las sesiones de formación, pero en claustro, para programar las tareas que vamos a realizar durante el curso. Es posible.

Ante la dificultad de las inestabilidad de las plantillas hay una solución muy clara. Si los/as fijos/as ya saben hacerlo, los/as que vengan se enganchan o se enganchan: el centro trabaja así y punto. Se enterarán más o menos, pero se sigue la dinámica de trabajo ya iniciada. Es posible.

Para más información, consultar la página del centro, http://www.iesvirgendelcastillo.es.

jueves, 4 de marzo de 2010

Escuela y Familia.

Me quedó una sensación amarga. Me fui triste. Pero, a pesar de todo, también salí con la sensación del deber cumplido y de que no se puede hacer más de lo que se ha hecho.

Esta reflexión la hago por la reunión mantenida por mi Jefa de Estudios y yo mismo con un grupo de padres y madres del curso de bachillerato que se había movilizado por la falta de un profesor y habían provocado, con ello, un incidente grave al impedir el desarrollo normal de las clases poniendo candados en las puertas. No reconocían el error cometido. No pensaban que sus hijos/as, ni ellos/as, que participaron en la movilización y en lo de los candados, provocaron la negación del derecho a la educación del resto del alumnado. No pensaban pedir perdón. No aceptaban el castigo impuesto: venir cinco tardes a estudiar al centro supervisados por un miembro del equipo directivo (que fue considerado como muy suave y benevolente tanto por la Comisión de Convivencia como por el Consejo Escolar). Utilizaban, para ello, argumentos tan peregrinos como que alguno estudiaba en voz alta, que tendría que venir con la comida en la boca, que necesitaba estar sola, etc., etc. Que no pensaban cumplir el castigo. Que se presentarían en el centro con los medios de comunicación para exigir entrar al instituto si se les expulsaba por no cumplir el castigo.

Sólo quedaba un camino para este conflicto, para que no se convirtiera en un elemento distorsionador de la convivencia durante el resto del curso y se perjudicara, sobre todo, a sus hijos/as: que reclamaran la corrección impuesta y se anulara por el órgano que la impuso y que se le aclarara que la responsabilidad última de la educación de sus hijos/as era suya, que el centro había hecho lo que debía y que no iba a entrar en un conflicto continuo y que si no se asumen responsabilidades es muy difícil que se enfrenten al resto de sus vidas.

Triste, pero tranquilo.

¿Competentes para qué?

Intervención en la plataforma de directores en un debate sobre para qué tenemos que formar a nuestro alumnado en competencias.

No sé, en último término, para qué. Lo que sí sé es que todo esto está sirviendo para dar un manotazo encima de la mesa, para sacudir el mundo educativo, para refrescar el ambiente pedagógico de muchos claustros. Si, !!!sólo¡¡¡, están sirviendo para eso, bienvenidas sean. No podemos olvidar, ni negar el contexto socioeconómico en el que nos desenvolvemos, ni pensar que sin las competencias nuestros alumnos y alumnas no se preparan para un mercado laboral determinado y, lo que sí es cierto, es que gracias a las competencias se pueden dar y se están dando unos cambios metodológicos y de concepción educativa que están intentando, al menos, mejorar las cosas.