miércoles, 30 de mayo de 2012

¡¡¡ TIERRA !!!

Mi hijo, que está en 1º de bachillerato, ha tenido un examen de Ciencias del Mundo Contemporáneo sobre la lectura de un libro de Asimov. Hasta aquí todo normal. El problema se plantea cuando, no sé porqué motivo confundo el título del libro y se lee otro texto de Asimov con el que se entusiasma, y se queda leyendo hasta tarde (está claro que se mezcla un poco de entusiasmo y un mucho de improvisación adolescente). Hoy, cuando ha hecho el examen le ha dicho a su profesor, que también es su tutor, que se había leído otro libro distinto. Parece que ha perdido medio punto en la nota.

Creo que este hecho demuestra, muy claramente, que aprendizaje y nota, calificación o evaluación, tienen muy poco que ver, desgraciadamente. 

Lecciones de un error. Siempre se aprende.
  • Acabo de cumplir 50 tacos y para un docente de sociales, que además es director, el olvido y el recuerdo imposible de un título de un libro, parece, cuando menos, preocupante.
  • Estamos tan acostumbrados a sacarle las castañas del fuego a nuestros hijos que cuando tienen un problema por nuestra culpa, nos damos cuenta de que no les damos demasiadas responsabilidades. Él sabía el título del libro y debía de haberse preocupado por encontrarlo, pero está acostumbrado a que le resolvamos los problemas
  • Le ha gustado el libro y ha aprendido mucho.
  • Como docentes, tenemos que aprender a valorar más el aprendizaje y menos los datos fríos de una prueba escrita.
  • Tengo que empezar a comer rabos de pasas.

lunes, 28 de mayo de 2012

Nuestra Historia: CONSEJOS DE UN "DIRE"

Nuestra Historia: CONSEJOS DE UN "DIRE": Está terminando el curso para el alumnado de 2º de bachillerato y, aprovechando esta ocasión, les dedico con todo cariño estos consejos. Lo...

domingo, 20 de mayo de 2012

¿MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA?

Con otra entrada anterior, inicié, de una manera algo inesperada, una línea de entradas relacionadas con la crisis, la educación y los recortes. Con esta segunda quiero darle algo de continuidad a estas reflexiones, aunque con mucho tiempo de intervalo debido a los innumerables asuntos que me tienen enredado.

El desánimo, la desilusión, la incertidumbre, son sensaciones comunes entre los docentes en estos días. Pero también para madres y padres y para el alumnado, sobre todo el universitario y el que va o intentará acceder a la Universidad. Todo esto se refleja en movilizaciones, huelgas, manifiestos y, en fin, en un descontento masivo que va en aumento, porque, entre otras cosas, no se ve el final del túnel, se toman medidas que no se ve que sirvan para nada (al menos, para nada positivo) y porque afectan a pilares de nuestro sistema de bienestar (el que ha existido hasta hace poco y que la crisis, la "prima" y los bancos están mandando a la porra), afectan a lo que ha permitido una cierta igualdad social y un cierto equilibrio de oportunidades.

En el ámbito educativo, y en casi todos los demás, entramos, o hemos entrado ya hace un cierto tiempo aunque ahora se recrudece, en años oscuros, años de dificultades, donde no van a existir muchas oportunidades para "la lírica", para trabajar, enseñar y aprender en condiciones adecuadas o que podamos ir mejorando y de las que podamos estar satisfech@s.

Pero son buenos tiempos para la lucha, para pelear por buscar esas mejores condiciones, para unir a una Comunidad Educativa que estaba algo desunida y "despistada", para fomentar la participación y el compromiso de las familias con la educación de sus hij@s, para tener un alumnado más concienciado y crítico y menos adocenado y un profesorado más colaborativo y menos individualista.


Son malos tiempos para la lírica, pero buenos para la lucha. Hay que aprovecharlos para salir de esta con cierta dignidad.


Golpes bajos - Malos tiempos para la lirica
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