lunes, 8 de junio de 2015

LA CAMARILLA

The Blacklist es para mi una serie "de culto", de esas que crean adicción y plantean una tensión interpretativa y temática vibrante. Anoche, viendo un capítulo de la segunda temporada, se descubrió el nombre de esa asociación de intereses que está por encima de estados, gobiernos e instituciones: LA CAMARILLA. Su interés es el verdadero poder, no el formal, ni el institucional, con el que se conforman los políticos, sino el poder real. El poder fáctico. 


En ese capítulo se descubre que planean un atentado para forzar una nueva guerra fría y así poder hacer "su agosto" volviendo a una situación maniquea, de miedo e inseguridad, que les facilite mucho más el control total de la situación mundial. Son los encargados de jugar con las personas, de utilizarlas y manipularlas o, simplemente, quitarlas de en medio, para conseguir su fin. Chantajes, asesinatos, atentados. Todo vale. Todo tiene justificación si se consiguen sus objetivos.

Resultado de imagen de miedo

Y lo que en realidad les pasa es que tienen miedo. Miedo de perder sus privilegios, su poder, su control de la situación ante un mundo que se les escapa de las manos. O, al menos, eso es lo que creen, porque no lo entienden ni manejan igual que antes. Por eso, quieren volver a una situación controlable, reconocible, manejable. Al pasado.

Menos mal que es una serie y esto no ocurre en la realidad. ¿O sí?

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